Para
realizar la Coronilla a la Divina Misericordia comúnmente se emplea un Rosario común de 5 decenas de
cuentas, aunque realmente no hace falta ya que es muy sencillo de recitarlo y
se puede hacer sin emplear un rosario.
Señal
de la Cruz: Por
la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro. En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Expiraste,
Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y un mar de misericordia se
abrió para el mundo entero. Oh! fuente de vida, insondable Misericordia Divina,
abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros.
Oh,
Señor Jesús, por tu Sangre Preciosa y el Agua que brotaron de tu Sagrado
Corazón como una fuente de Misericordia para nosotros.
En Ti confío.
Padre Nuestro: Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea Tu nombre. Venga a nosotros Tu
reino. Hágase Tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro
pan de cada día. Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los
que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación. Líbranos del mal. Amén
Ave María: Dios
te salve María, llena de gracia, el Señor está contigo. Bendita entre las
mujeres; bendito es el fruto de Tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gloria: Gloria
al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. Como en un principio, ahora
y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Credo: Creo
en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y creo en
Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos y al
tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a
la derecha de Dios Padre Todopoderoso, desde ahí ha de venir a juzgar a vivos y
muertos. Creo en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia Católica, la comunión
de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos y la
vida eterna. Amén.
Con
el rosario en mano, se
continúa con las 5 decenas del rosario, en las cuentas que comúnmente se reza
el Padre Nuestro, todos los presentes rezan la primera oración, y en las decenas que
corresponden al Ave María, la segunda oración de manera alterna, quien dirige la
coronilla menciona la primera parte y el resto responde (se repite 10 veces). Al finalizar las 5
decenas, se continúa con la tercera oración, la cual se recita 3 veces.
Padre
Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo
Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación por nuestros pecados y los del mundo entero.
10
Veces:
Por
su dolorosa Pasión, ten Misericordia Señor.
De
nosotros y del Mundo entero.
Padre
Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo
Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación por nuestros pecados y los pecados del mundo entero.
10
Veces:
Por
su dolorosa Pasión, ten Misericordia Señor.
De
nosotros y del Mundo entero.
Padre
Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo
Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación
por nuestros pecados y los del mundo entero.
10
Veces:
Por
su dolorosa Pasión, ten Misericordia Señor.
De
nosotros y del Mundo entero.
Padre
Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo
Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación
por nuestros pecados y los del mundo entero.
10
Veces:
Por
su dolorosa Pasión, ten Misericordia Señor.
De
nosotros y del Mundo entero.
Padre
Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo
Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación
por nuestros pecados y los del mundo entero.
10
Veces:
Por
su dolorosa Pasión, ten Misericordia Señor.
De
nosotros y del Mundo entero.
Padre
Eterno, te ofrezco el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu amadísimo
Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, en reparación
por nuestros pecados y los del mundo entero.
3
Veces:
Santo
Dios. Santo Fuerte. Santo Inmortal.
Ten
piedad de nosotros y del Mundo entero.
Oh,
Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión
inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en
nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos
desalentemos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad,
que es el Amor y la Misericordia en sí Mismos. Amén.
Oh,
Sangre y Agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente
inagotable de misericordia para con nosotros, en Ti confío.
Jesús, en Ti confío.
Jesús, en Ti confío.
Jesús, en Ti confío.
Señal
de la Cruz: Por
la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios nuestro. En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Las
promesas de Jesús.
Esta
devoción llega a través de Santa Faustina Kowalska, conocida como "Apóstol
de la Misericordia". Santa Faustina tuvo una visión el 13 de Septiembre de
1935, y a partir de ella escribió en su diario las siguientes palabras:
“Yo vi
un ángel, un ejecutor de cólera de Dios (…) a punto de alcanzar la tierra (…).
Comencé a rezar intensamente a Dios por el mundo, con palabras que oía
internamente. En la medida en que rezaba así, vi que el ángel quedaba
desamparado, y no podía ejecutar el justo castigo”.
También quedaron escritas las promesas de Jesús en relación a la Coronilla a su Divina Misericordia. Jesús le dijo que a quien la rece, la misericordia le protegería
en la vida y se le otorgaría inmensas gracias; y que fuera recomendada como
última tabla de salvación:
- Reza
incesantemente este rosario que te he enseñado. Quienquiera que lo rece
recibirá gran misericordia a la hora de la muerte.
- Por
medio de este rosario obtendrás todo lo que me pides, si lo que me pides está
de acuerdo con Mi voluntad.
- Cuando
un pecador, por más grande que sea, rece este rosario con confianza y amor,
llenaré su corazón de paz.
- Quiero
que Mis sacerdotes recomienden el rezo de este rosario como última esperanza de
salvación, por los pecadores.
- Cuando
se rece este rosario al lado de un moribundo, me pondré entre Mi Padre y el
alma del agonizante como un Redentor Misericordioso.
- Oh,
qué gracias más grandes concederé a las almas que recen este rosario; las
entrañas de Mi Misericordia se estremecen por quienes lo rezan.
- Hija
Mía, me son muy agradables las palabras de tu corazón y por el rezo del rosario
de la Misericordia acercas a Mí a la humanidad entera.
- Hija
Mía, anima a las almas a rezar el rosario de la Misericordia que te he
enseñado. A quienes lo recen les daré lo que me pidan. Cuando lo recen los
pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será
feliz. Proclama que ningún alma que ha invocado Mi Misericordia ha quedado
defraudada ni ha sentido confusión. Me complazco particularmente en el alma que
confía en Mi bondad.
Jesús pidió a Sor Faustina, y por medio
de ella a todo el mundo, que se venere Su Pasión y Muerte a las tres de la
tarde, hora en que Él murió en la Cruz. Sus palabras fueron: “A las tres de
la tarde implora Mi Misericordia especialmente para los pecadores. Y aunque sea
un breve instante, piensa en mi Pasión, sobre todo en el abandono en el momento
de mi agonía. Es la hora de la Gran Misericordia para todo el mundo… En esa
hora no rehusaré nada al alma que me pida algo apelando a Mi Pasión.”
Fuentes: